Aprendizaje Automático y Redes Neuronales

Aprendizaje automático y redes neuronales

La mente, el alfa y el omega, la puerta hacia nuestro yo interior y el reflejo de nuestro exterior. Por siglos ha sido estudiada por científicos, filósofos y maestros evolucionado, encontrando elementos fascinantes. Pero, ¿Y si éstos se replicaren en máquinas que se ayuden a mejorar en pro de nosotros?; pues eso es parte de lo que desarrolla el Aprendizaje Automático y Redes Neuronales del cual comentaremos.

Desde las más avanzadas computadoras y máquinas humanoides o industriales donde cohabita la matriz de una inteligencia artificial, hasta las más cercanas apps de IA que portamos en dispositivos, observamos que el aprendizaje automático y redes neuronales ha procurado comportarse –hasta por sí mismo- en la cúspide de nuestra búsqueda para crear sistemas que puedan aprender y adaptarse por su cuenta.

Estas tecnologías no sólo imitan la capacidad del cerebro humano para identificar patrones y tomar decisiones, sino que también nos desafían a repensar lo que es posible, ético, lo que sí o no deberíamos estar delegando, so consecuencia de que la próxima sea una generación perezosa para el pensamiento.

Pero, sí lo vemos desde una óptica positivista y constructiva, las redes neuronales, en particular, son fascinantes porque utilizan una estructura inspirada en el cerebro humano para procesar información. Esto les permite aprender de manera escalada, mejorar con el tiempo, similar a cómo nosotros aprendemos de nuestras experiencias.

¿Qué le falta y faltará?, el discernimiento para no sobrepasar límites. Porque una exagerada ética es tan dañina como el exceso de ella. Ser puros y un arraigado puritanismo es una espada de dos puntas. He allí donde llevamos la ventaja y donde la humanidad debe crear límites.

Que el pensamiento pacífico y enriquecedor –como por ejemplo el que persigue el yoga-, no se enturbie con el ímpetu de la ciencia de querer estar en todo y cubrirlo con aquello que no es nuestra férrea necesidad. Con balance, el mundo tendrá mayor provecho del aprendizaje automático y redes neuronales que están retroalimentando a todas las expansiones de la Inteligencia Artificial.

Aprendizaje automático y redes neuronales

Aprendizaje automático y redes neuronales

Esta simbiosis sólo se comprende sí nos vemos a nosotros mismos. Entre todo el contenido del saber que se nos brinda en los centros educativos y cómo lo procesa y lo transforma en utilidad nuestro cerebro.

El aprendizaje automático es un tipo de algoritmo informático que ha logrado ajustar sus propios parámetros internos gracias al uso de datos de muestra para realizar tareas específicas en datos similares (homologa el saber con el hacer).

A diferencia de los algoritmos tradicionales que se basan en reglas explícitas, el aprendizaje automático aprende de los datos sin necesidad de modelos matemáticos predeterminados. Aquí hay algunos puntos clave:

Por el otro lado, las redes neuronales son un tipo de algoritmo de aprendizaje automático que imita el funcionamiento del cerebro humano, no precisamente en aquella visión de los hemisferios (izquierdo el saber y el derecho el placer).

Utilizan un conjunto de algoritmos matemáticos y estadísticos para reconocer patrones complejos y realizar tareas de procesamiento de información.

 

Logros fundamentales a conseguir

Su aplicación ha permitido explorar códigos ya existentes para desarrollar un aprendizaje aún más profundo, incluso imperceptible o de muy difícil hallazgo por la mente humana promedio.

¿Y qué han logrado?, además de descubrimientos que maravillan y pueden tener potencial para otras áreas del saber y del hacer, han permitido simplificar la integración, despliegue y el mantenimiento de soluciones de aprendizaje automático en todo tipo de programación, área productiva e incluso en la reinterpretación de los anhelos de los usuarios, sea para las artes o el entretenimiento, que por el uso de las diversas plataformas de IA, se demuestra que se han convertido en dos ejemplos comunes.

Mikao Usui: el monje japonés que redescubrió el Reiki

Mikao Usui

Vamos a hablarte sobre la inspiradora historia de Mikao Usui. Él fue un monje japonés fundamental para la historia del Reiki, ya que lo redescubrió.

Mikao nació en el 15 de agosto de 1865, que fue el primer año de la era de Keio. Fue en la localidad de Taniai, del distrito de Yamagata, en la Prefetura de Gifu (Japón)

Mikao Usui: sus primeros años

Mikao Usuai

Ya en sus primeros años fue un niño que destacaba entre sus compañeros por sus enormes inquietudes espirituales e intelectuales.

Esas ganas de ahondar en el sentido de la vida llevaron a Mikao a viajar por numerosos países en busca de respuestas.

Empezando a encontrar la respuesta

Después de numerosos años de aprendizaje, en los que se especializó en una gran cantidad de temas, finalmente comprendió cuál era el fin último de la vida. Este era claro: alcanzar el equilibrio interno “Anshin Ritsumei». Este es un estado en el que eres capaz de mantenerte en paz, a pesar de los problemas que te golpeen.

Una vez lo tuvo claro, inició la búsqueda de ese estado de serenidad. Lo hizo a través del zen, un sistema filosófico budista.

Buscando la serenidad

Durante 3 años estuvo en un templo de Kyoto, practicando Zazen. Desgraciadamente, no le fue útil para alcanzar su meta. Pero él nunca desistió de su empeño en encontrar la serenidad, lo sucedido no hizo sino para fortalecer su determinación.

Consiguiendo su objetivo

En marzo de 1922, Mikao comenzó un ayuno en el Monte Kurama, que es un monte sagrado de Japón. Estaba totalmente decidido a alcanzar la iluminación a través practicas espirituales realizadas en condiciones de extrema dureza. Ni siquiera le importaba arriesgar su vida si eso servía para alcanzar la meta que se había trazado.

Una medianoche, cuando ya llevaba 20 días de ayuno, le sobrevino al fin la iluminación. Sintió conmocionado que el flujo de Energía Universal vibraba al unísono con su propia energía vital.

Iluminación y poder de sanar

Finalmente había alcanzado la comunión con el Universo y, a través de ellas, el anhelado estado de Satori. Había conseguido integrar en su ser esa paz que ya nada podría perturbar jamás.

Junto a esa iluminación, obtuvo también el poder de sanar. Mikao probó ese don que acababa de recibir. Primero consigo mismo y después con su familia, descubriendo la rapidez con la que se manifestaban los efectos.

Un regalo que había que compartir

En los siguientes meses, Usui sentó los fundamentos del método a través del cual podía sanar. Lo denominó Usui Reiki Ryoho y desde entonces se entregó a difundir su enseñanza a todas las personas posibles. Había entendido que el Reiki era un regalo del universo que tenía que compartir con la humanidad.

Para lograr esa misión fundó el 12 de abril de 1922 una asociación para la enseñanza y práctica del metodo Reiki de sanación. La llamó Usui Reiki Ryoho Gakkai. Allí empezó a enseñar públicamente el método y ofrecía a sus tratamientos a todo aquel que los necesitara.

Esta asociación benefició a un gran número de personas. Incluso participó en las labores de auxilio de los damnificados del terremoto que destrozo el área metropolitana de Tokio en 1923.

La clínica se quedó pequeña enseguida ante tanta demanda. Así que Mikao Usui comenzó a viajar por las principales ciudades de Japón para enseñar su método.

Justamente durante uno de esos viajes le sobrevino la muerte, el 11 de marzo de 1926. Tenía 62 años. Dejó un gran número de discípulos que continuaron su labor: la asociación llegó a contar con 2000 miembros. De hecho, todavía sobrevive a día de hoy, con más de medio millar de practicantes.

Se estima que el número de practicantes del método Reiki de Usui Sensei en el mundo sobrepasa los 5 millones.